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Historias de sexoficción y otros tantos avatares de la vida psicótica y moderna. Empezá por las instrucciones si querés entender de que se trata ¡Sean todos bienvenidos!

Just in time!

Me pasa seguido con los amantes, justo en el momento que estás pensando en mandarlos a la verga (sepan disculpar mi improperio, pero cuando una se siente herida, no los corta o los despide, los manda a la verga literalmente) pero justo antes de ese punto de no retorno, hacen o dicen lo que estabas esperando hace tiempo. Suelo mantener relaciones totalmente estériles a distancia, de los que viajan seguidos a México o los que me esperan cuando llego y la lista de los ex aparece. Siempre hay aventuras nuevas e historias que se terminan, pero es bueno tener una agenda activa.
Estaba de malas y se me ocurrió tratar de hablar con uno de estos romances a distancia, un tipo divino, no tan guapo pero super inteligente, nos llevamos bien en la cama y me encanta. La última vez que nos vimos, se portó como todo un caballero, pero hace mil no sabía nada de él. Quise chatear y nada, el méndigo no contestaba, situación similar a la de unas semanas atrás y como los poco caballeros me disgustan, tenía resuelto escribirle un mail para que nunca más se le ocurriera escribirme siquiera y oh! sorprise, el maldito me escribe, diciendo que viene esta semana para acá. Alborotada le respondí su correo diciéndole que por supuesto nos veríamos cuando le cayera cómodo que yo chocha de la vida de tenerlo por acá. Cuando en verdad tenía que haber dicho: Vete a la verga cabrón. Hace tiempo que ando buscando alguien que me quiera bien, alguien a quien querer, pero me sigo llevando por ello, manteniendo estas relaciones que por lo general no me dejan nada.
Vino, nos vimos, se fue. Otra vez se portó como una caballero, no hay reclamos, me gusta y a esperar nuevamente que vuelva, que tenga un rato libre y por supuesto que siga siendo un caballero que entiende que las chicas fáciles también tenemos sentimientos.