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Historias de sexoficción y otros tantos avatares de la vida psicótica y moderna. Empezá por las instrucciones si querés entender de que se trata ¡Sean todos bienvenidos!

Ese maldito momento

Las relaciones pasan por varios estadíos hasta afianzarse o irse al reverendo carajo.
Hay un momento bisagra donde las cosas irrefutablemente van a tener que cambiar. Y nosotros estamos ahí, esperando la embestida.
Un par de meses durmiendo con él y mi ello quiere decirle que me hace perder la cabeza, que no me puedo imaginar a otro metido en mi cama, que acá quiero quedarme; Mientras mi conciencia y mi ideal del yo piden calma y criterio, hace años no tenemos un candidato tan bien calificado, mientras mi alterego sabe que no hay que creerles nada.
Pero hasta mi yo se emociona cuando me levanto desnuda, con el pelo revuelto y él me dice, con su tono tierno y seguro mientras prepara el desayuno:
"Que linda que sos recién levantada" y esas palabras repican profundo, como haciendo caricias en el alma.
Ese es el maldito momento donde querés espiar el futuro esperanzada de descubrir que eso duró para siempre y que es el momento de ir por eso. Pero no te animás ni a espiar.
Y quiero poder creer en tanta ternura
Y quiero que bailemos Dance me to the end of love toda la noche, y que ese largo abrazo de bienvenida dure más o sea mas seguido para sentir tu cuerpo tan complementario al mío.
Y quiero quererte y que me quieras cada día más, sin miedo como el que tengo hoy; miedo que sea efímero
No quiero que vengas con el no sos vos, soy yo, y todo se reduzca a la nada.
Pero quiero que seas vos. Quiero que sea yo la que vos elijas.
Me da miedo que todo se diluya, confirmando mi primera impresión de que sos un salamero.
No quiero tener que olvidarte, que seas uno más que contribuya con mi latiguillo de que siempre me fue como el orto en el amor.
Y me va a ir mal hasta que lo encuentre, como todos.





Mendigo o méndigo amor.



Somo seres horribles cuando lloramos. La cara se transforma y se arruga como una fruta deshidratada
Lloro y mi cara se altera. La nariz se pone colorada y como lloro de un solo ojo, la asimetría se profundiza mucho más.
Llegar a casa y apurada, sacarse la ropa de la noche anterior, ponerme el pijamas y quedar en el sillón en posición fetal; llorar como nena chiquita.
Merecíamos mucho más.
Mi ello le gritó que debería pensar más con la pija, mientras mi super yo se avergonzaba un poco. También se encargó de remarcarle que no quiere ser su amiga, que amigos ya tiene muchos...
Mi yo solo podía resignarse con una pena infinita y angustia que solo podía solaparse con alguna broma al pasar.
Me fui taconeando, con la cabeza en alto aunque contrariada.
Disfruté mucho su compañía, creía que yo también podía gustarle. Pero él no estaba para mí.
Llorar de un solo lado, es una anomalía que arrastro desde que tengo uso de razón, algo particular, que me hace que solo pueda estar triste a medias.
Me saqué la foto, me reí de lo fea que me veo triste, respiré profundo y fui a abrir ese vino que había comprado con la intención de compartirlo con él.
La tristeza duró lo que una copa de vino, me dormí convencida de en algún lugar está quien quiera limpiarme las lágrimas que en mi son inevitables y que definitivamente no me sienta llorar, por lo que mejor elijo la sonrisa. Siempre.
Te ando buscando, decía Alfonsina Storni, amor que nunca llegas, amor que te mezquinas.