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Historias de sexoficción y otros tantos avatares de la vida psicótica y moderna. Empezá por las instrucciones si querés entender de que se trata ¡Sean todos bienvenidos!

Una reverenda mierda reloaded!

Desafortunadamente, no es la primera vez que me encuentro muy triste e impresionada, pensando en la muerte por otra muerte y siempre caigo en la misma conclusión; la muerte es una reverenda mierda!
Pero lo peor no es la muerte, si no el dolor que deja en los que vivimos, aunque algo trillado es muy cierto.
Vive rápido, muere joven se mencionó en varios velorios que no fui y en alguno que fui también.
Evito los velorios, mucho más los entierros. Odio el dolor ajeno, creo que más que en el propio y me da mucha bronca cuando existen esas muertes evitables, que hacen más sufridos a los que nos quedamos de este lado.
Hace un par de años empezó una seguidilla de muertes evitables o no; suicidio, accidentes de autos, sida, falopa, algunos más otros menos cercanos, pero todos muy cerca y en todos esos velorios alguien dijo: lo podríamos haber evitado; todos nos sentimos irremediablemente peor.
Amigos que toman conciencia o no; amigos que están tristes y yo me entristezco con ellos.
La muerte es una mierda, pero quiero creer que es la paz del atormentado, el momento justo para otros o la fatalidad de un: y si, pasa...
Y pasa, y nos pasó y pasa cerca. Y a una le duele y llora, se impresiona y putea.
Extraño a un par de amigos, desafortunadamente.
Mi padre se queja que ha perdido amigos, pero esas son muertes son naturales, algo más comprensibles, supongo que no menos dolorosas, pero las nuestras no!
Amigos, quiero pedirles que se cuiden, que nos cuidemos, que si deciden reventarse, traten de ir avisándolo para que asimilemos la idea.

Sexo con desconicidos

Estamos las más y las menos aventureras. Las que nunca se olvidaron un nombre después de cogerselo, o la que se olvida de un pibe que saca una amiga de añares en esas charlas de: uhhhh naaaaa me había re olvidado de eseeeee, risas complices y cambio de tema, tal vez su marido anda rondando por la casa y la única fácil de adolescente era yo!
El sexo con desconocidos no es algo solamente de la era internet. Quien no se ha tirado a alguien que vagamente recuerda, una cañita al aire en unas vacaciones, una relación efímera que nunca tuvo segunda cita. Quien no haya pasado por algo así no tendría derecho a usar la palabra garchar.
La que más disfruta de nosotras de estas situaciones es Simona, mi alterego, sin lugar a dudas. Ella se ha llevado tipos a casa con este escueto diálogo:

01.- int-noche-boliche
Simona
(mientras le pasa los brazos arriba de los hombros apoyando las manos en la pared, dejandolo encerrado entre sus brazos)
Hola extraño!
Que vas a hacer la próxima hora y media?
Pibe
(algo incómodo)
No se por?
Alterego
Porque es justo el tiempo necesario para ir a un hotel, garchar volver y hacer de cuenta que no pasó nada...
Pibe
(un poco más incómodo todavía, entre risas nerviosas)
Enserio? Te parece?
Mi Superyó
(al oido de mi alterego)
Por que llevartelo así... 
Miralo de reojo, sonreile...
Esperá que te busque...
Mi ello
(llevándose a mi superyó del bazo)
Dejános en paz!
Coger no es amor, es mucho mejor cantaba la Bersuit
 Vamos por otro trago!

Se fueron juntos y volvieron veinte minutos más tarde, él conocía un hotel a la vuelta y el trámite fue rápido. El pibe en bolas no valía ni dos mangos, estaba nervioso y casi casi se fue en seco. Tardaron más en desvestirse que en coger en si. Volvieron y se perdieron entre la gente. 
Mis amigas me andaban buscando, ya querían irse y las convencí de quedarnos un rato más. El tipete desapareció, creo que nunca más me lo crucé y si así fuera no se si lo reconocería y creo que hasta no siquiera nos dijimos los nombres.


Una casi cita a casi ciegas

Quien esté libre de pecado que titre el primer tweet. Las redes sociales han fomentado relaciones a distancia con más o menos conocidos; historias de gente que se conoció por internet, finalmente se encontraron, se enamoraron y nadie asesinó a nadie.
Tampoco necesitábamos de internet para coger con desconocidos si así lo deseábamos. Entre nos, todos tuvimos mas menos esas citas a ciegas, encuentros casuales, sexo con desconocidos, tampoco nos engañemos.
Una vez tuve una casi cita a ciegas.
Era amigo de un amigo, nos conocimos gracias al Hi5 (el facebook apenas arrancaba y lo del día era esa red social nefasta que después se llenó de mostros)
No recuerdo quien invitó a quien pero de pronto estábamos intercambiando msn y chateando, las fotos que ambos teníamos no nos dejaba mostrarnos del todo y finalmente accedí a unas cervezas en algún bar cercano.
Habíamos chateado varios días, compartíamos música, charlábamos de nada, nos reíamos bastante. Mi ello se imaginaba una prominente relación atrás de ese teclado que escribía con excelente ortografía, rápido y bien.
El llevaría una campera roja, y un gorro adidas, lo iba a reconocer cuando a las 9 en punto entrara por la puerta, yo estaba sentada muy cerca y cuando lo vi entrar me escapé. Llevaba zapatos en punta lustrados que relucían, gel debajo de su gorra y no aguanté. Seguro debajo de la campera roja traía una camisa adentro del pantalón con un cinturón de simil cuero y me escabullí entre la gente, la cerveza que estaba tomando ya estaba paga y me fui.
Mi yo se volvió riéndose a carcajadas, un poco arrepentida. Hubiese pasado un rato al menos, dejando que nos inviten unos tragos más.