Piensen por un minuto que tienen la posibilidad de empezar de nuevo. Yo lo hago seguido y siempre es rotundo el sentir que no sería publicista otra vez.
Muchas veces me he cuestionado la felicidad que me da mi trabajo y siempre que lo veo a distancia es puro gozo, pero la mayoría de las veces la termino pasando mal. Desveladas eternas, stress, cosas para ayer...
Los publicistas creemos hacer neurocirugía y lo cierto es que solo operamos los egos ajenos. Lo que hacemos, la media de los humanos lo detestan. A nadie le gusta la publicidad, solo a los que la hacemos, sabiendo que el mundo no está deseoso y esperando que le obliguen a comprar productos que no necesitan. Hacen zapping, en radio y tv, las revistas tienen la mitad vendida, incluyendo el contenido y por que no instalar un adblock o navegar de incógnito en la web. Eso hace la gente normal, y si un día los publicistas de verdad nos juntamos y decidimos hacer un paro hartos de horas extras sin paga, a nadie le importaría.
Los publicistas somos chismosos, nos criticamos entre nosotros, nos damos premios y nos gusta creer que es una profesión glamorosa; y no es asi.
No es glamour estar atrasados con los millones de pendientes, exponernos siempre a las mil y un presentaciones para que que un proyecto nunca acabe como originalmente fue planteado. Todos opinan sobre tu trabajo, gente que entiende y gente que no. Clientes autoritarios o maleducados, desordenados, poco o muy capacitados, lo mismo da; somos sus esclavos que todo le debemos decir que si, aunque sabemos que no tienen la razón.
Me pagaron bien, mal, mejor. He paseado por las mejores agencias y trabajé para clientes multinacionales y ONGs; y un día me cansé de ser un engranaje de una industria que a nadie le importa, ni a nosotros mismos. Corporaciones egocentristas disfrazadas del trabajo en equipo.
Solo la política y las aseguradoras son industrias más antipopulares que este mundillo publicitario, donde tu verdadero trabajo no es pensar en un producto y su target, si no que tu trabajo es de relaciones y ya no tanto de ideas, solo a veces encuentras buenas relaciones y buenas ideas pero rara vez armonioso en las proporciones.
No tengo más ganas de lidiar con grandes egos ni con arpías. Regalar mi pasión y mi tiempo para construir sueños ajenos y no tomemos el tiempo necesario para conocerlos.
Donde no puedas amar no te detengas dijo Frida Kahlo y yo no quiero detenerme más.