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Historias de sexoficción y otros tantos avatares de la vida psicótica y moderna. Empezá por las instrucciones si querés entender de que se trata ¡Sean todos bienvenidos!
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Es muy liberador que esto te pase.

Años esperando este momento. Mi ello te había soñado infinidad de veces, traicionando hasta a mi alterego. Mi superyo sostenía que al vernos volverías a ponerme en jaque, dudando si enamorarnos o maltratarnos, o tal vez tendríamos unas ganas locas de estar otra vez debajo de tus sábanas, esas que taparon los miedos y deseos mucho tiempo atrás.
También creí por algún tiempo, que mi ello moriría de ganas de que apurados me desnudes en la mitad de una noche sin sueño, con las rodillas temblando al solo detectar tu presencia.
Y no, por suerte no pasó.
No llegaron las ganas de que me acaricies trémula, mientras gritaría en silencio mi enojo a tu desdén. No llegaron las ganas de tener que tomar la racional decisión de hacerlo o no. No llegó el duelo entre mi alterego y mi yo desafiando a la cordura.
Simplemente no pasó. Afortunadamente no pasó.
El desdén fue solo mío y tu presencia, por primera vez desde que nos conocimos, no significaba absolutamente nada. No hubieron terremotos intempestivos que me dejaran temblando buscando donde hacer pie.
La nada misma pasó al encontrarnos. Sentí como si me exorcizaban, dejando caer un lastre que llevé como autómata todo el tiempo en que no pude tenerte.
Liberador el momento en que descubrí que no fuiste más que un mal sabor de lo que pudo haber sido. Un recuerdo censurado como película porno del más bajo nivel. Una aventura más, que aunque larga, compleja y tóxica, se desvaneció al primer chiste pelotudo que te escuché decir al pasar.

Sexo con desconicidos

Estamos las más y las menos aventureras. Las que nunca se olvidaron un nombre después de cogerselo, o la que se olvida de un pibe que saca una amiga de añares en esas charlas de: uhhhh naaaaa me había re olvidado de eseeeee, risas complices y cambio de tema, tal vez su marido anda rondando por la casa y la única fácil de adolescente era yo!
El sexo con desconocidos no es algo solamente de la era internet. Quien no se ha tirado a alguien que vagamente recuerda, una cañita al aire en unas vacaciones, una relación efímera que nunca tuvo segunda cita. Quien no haya pasado por algo así no tendría derecho a usar la palabra garchar.
La que más disfruta de nosotras de estas situaciones es Simona, mi alterego, sin lugar a dudas. Ella se ha llevado tipos a casa con este escueto diálogo:

01.- int-noche-boliche
Simona
(mientras le pasa los brazos arriba de los hombros apoyando las manos en la pared, dejandolo encerrado entre sus brazos)
Hola extraño!
Que vas a hacer la próxima hora y media?
Pibe
(algo incómodo)
No se por?
Alterego
Porque es justo el tiempo necesario para ir a un hotel, garchar volver y hacer de cuenta que no pasó nada...
Pibe
(un poco más incómodo todavía, entre risas nerviosas)
Enserio? Te parece?
Mi Superyó
(al oido de mi alterego)
Por que llevartelo así... 
Miralo de reojo, sonreile...
Esperá que te busque...
Mi ello
(llevándose a mi superyó del bazo)
Dejános en paz!
Coger no es amor, es mucho mejor cantaba la Bersuit
 Vamos por otro trago!

Se fueron juntos y volvieron veinte minutos más tarde, él conocía un hotel a la vuelta y el trámite fue rápido. El pibe en bolas no valía ni dos mangos, estaba nervioso y casi casi se fue en seco. Tardaron más en desvestirse que en coger en si. Volvieron y se perdieron entre la gente. 
Mis amigas me andaban buscando, ya querían irse y las convencí de quedarnos un rato más. El tipete desapareció, creo que nunca más me lo crucé y si así fuera no se si lo reconocería y creo que hasta no siquiera nos dijimos los nombres.


Las máquinas de café unen a los empleados de la corporación

Después de 6 meses de revolución permanente, de mudanzas, despedidas y reencuentros, empiezo a trabajar y se renuevan las ilusiones. Los amores de oficina siempre fueron divertidos. Como con los hombres, los laburos pasan por mi vida a veces con más suerte que otras. Y las primeras semanas siempre recuerdan a otras primeras semanas
Como olviderse esas historias que Simona, mi alterego le cuenta a mi superyó a modo de convencimiento, aliento y como consejo.
No hace tanto, en un universo no tan paralelo, empecé a trabajar en una empresa grande, de esas en las que estás a total visibilidad de desconocidos compañeros de escritorio. Mucha luz, espacios grandes y boxes había en el moderno pero poblado espacio. Caminaba con la de recursos humanos por uno de estos pasillos abiertos que marcaban el camino a mi escritorio, con una computadora en la mano y saludando con una sonrisa cálida a los simpáticos empleados de la corporación.
Ahí estaba él. Pasé por atrás y me llamó la atención. Linda espalda, se veía que era grandote. No se dió vuelta, ni saludó. Tampoco sonrió cuando a mitad de camino repentinamente me di vuelta sabiendo que me estaba mirando de arriba a abajo. La mañana transcurrió entre presentaciones de gente poco interesante, y en una de esas idas y vueltas por el lugar, me paré a prepararme un café. Leí las instrucciones de la máquina y puse las monedas; nuevamente tuve esa necesidad imperiosa de darme vuelta. Y otra vez estaba él, creyendo que yo no lo percibía, mirándome. Tampoco sonrió. Solo torció la cabeza sobre su hombro sin dejar de verme desafiante a los ojos.
Me estabas mirando el culo, increpó provocador mi ello.
Claro que no, respondió él negando lentamente con la cabeza y una media sonrisa que acentuaba la comisura derecha de los carnosos y rosados labios. Te equivocas, lo que me gustaron fueron tus piernas, afirmó.
Buena elección, le respondía mi alterego mientras se acercaba parándose muy cerca de él. Tomé un sorbo y mi lengua buscaba restos de espuma en el labio superior. Simona susurró: Te busco saliendo. Caminé nuevamente a mi lugar, sabiendo que estaba mirando como se movían mis entaconadas piernas largas.
El día terminó entre poca sorpresa y muchas cosas que leer. Pasé por su escritorio y con perverso disimulo le dejé un papel con mi teléfono y como era de esperar no habían pasado ni 3 minutos que ya me estaba marcando.
A unas cuadras de ahi lo estaba esperando para ir a mi casa.
Un verdadero fiasco, no valió de nada su buena actitud inicial, en la cama fue un verdadero desastre. Era fofo, como gediento y precoz.
No volví a esa empresa, aunque el que tendría que estar avergonzado es él. Había leído que el 52% de los mexicanos eran precoces y esa cifra me alteraba en demasía. Tuve que tomar varias muestras del mercado para poder afirmar que el ISM (Instituto de Sexología Mexicano o similar) tenía tristemente razón.
También me tuve que volver de México, quien sabe si por este asuntito del 52% o porque en casi 10 años no encontré como traducir la palabra prolijo y sus derivados.


Tóxico

Sos tóxico. Tenemos sangre pesada. Mejor así, que nadie sepa como me llamabas.

Por supuesto mi alterego disfrutaba con esos encuentros a deshoras, donde las madrugadas solitarias alimentaban el deseo. Simona provocaba tóxicas noches inadecuadas, mientras que mi superyó y mi yo se sentían hasta en ocasiones miserables.

El hastío de mi ello ratifica una inminente pero postergada despedida. Aun sabiendo que no vas a entenderlo. Aun sabiendo que no lo deseo. Aun cuando mi superyo trata de explicarle a las demás el drama no se hace esperar. No hay como seguir este cuento mal contado. No hay nada que sostener después de esta sacudida total. Simona se fue taconeando, a los gritos, cuando terminaba de vestirse en silencio gritaba su impotencia, tratando de esconder tanta historia no compartida.

Mejor así, a veces pensaré que nos faltó más tiempo, otras que nos faltó ganas; otras que tal vez merecíamos una oportunidad, pero la realidad es que hubiese sido increíble nunca pasar por esta amorfa relación que debastó una amistad que se suponía más sólida y los escombros se nos vinieron encima.

Basta! Le gritó mi ello cuando salía apurada. Basta! me grito tratando de entenderlo de una vez por todas que esta inoportuna y fortuita secuencia de encuentros y desencuentros, no suma ni deja algo positivo en mi rebuscada conclusión.

Deseo desear más deseos

Mi ello, mi yo, mi superyo y Simona, mi alterego, mantienen una interesante conversación sobre el deseo. Tertulia que ya nos ha regalado insómnicas noches de vacío y soledad buscando un deseo que nos haga sonreír a todas por igual. La falta de deseo no es más que el miedo a lograrlo, y sin embargo deseo. Sos mi deseo oculto y tácito. Amo la idea de desearnos, sabiendo que tal vez, sea solo una idea que difícilmente llegue a concretarse. Pero amo pensar que si, que los deseos pueden materializarse, convertirse en realidades irrefutables o en futuros inciertos, nada importa mientras el deseo prevalezca al miedo.
Deseos no deseados dormirán en el futuro del olvido.

Estoy jodida y radiante!

Mi ello mantiene una fuerte discusión con mi alter ego, se disputan tu presencia, desnudándote imaginariamente apenas cruzás la puerta de mi casa con desmedida pasión porno.
Mi yo quiere creerte, y el superyó pide actuar con cautela. Mi basta imaginación me juega una mala pasada. Estás demasiado lejos y no estamos seguros que eso vaya a suceder, pero si queremos, se que queremos. Y "tengo miedo de verte, necesidad de verte, esperanza de verte" decía Benedetti para cerrar con su: "O sea, resumiendo. Estoy jodido y radiante, quizás más lo primero que lo segundo y también, viceversa.
Estoy jodida por que extraño lo que nunca tuve, porque quiero llegar a casa y verte, por que te extraño si no te veo conectado, porque creo que todo esta fantasía puede ser verdad y estoy radiante.
Estoy jodida, porque cuando me escribís se me ilumina el día y un suspiro inoportuno asoma junto con una extraña pero radiante sonrisa.
Necesito ya mismo, una de estas noches encontrarnos entre sueños, mezclando fantasías y realidades, recorrernos íntegros. Que la distancia solo sea tiempo que nos separa.
Pertenecernos.

Cuento de Navidad!

Nunca me gustaron mucho las fiestas, no me deprimen, pero tampoco me excitan como a la mayoría.
Desde siempre que el Grinch que llevo dentro aflora en estas épocas, queriendo hacer de las suyas y portarse mal. Por ejemplo, cuando tenía como 5 años, me encargué de desmitificar a Papá Noel (en la volada cayeron los Reyes Magos y el Ratón Pérez) frente a todos mis compañeritos, y aun que ese año estaba de buenas, no fue la excepción para querer romper con esa falsa felicidad que cargan todos los que creen que por que cambia el año, el próximo será otra cosa.
Con una gran amiga y el boludo de turno, como llama mi mejor amigo a mis amantes ocasionales que formalizo por algunas semanas, habíamos decidido hacer una pequeña reunión, amigos invitados bajo estrictos cánones de calidad y selección.
Un auténtico banquete, comida exquisita, vinos inmejorables, champagne en cantidades y algunas drogas no podían faltar. Todo bien servido, decorando la mesa festiva, y vaya fiesta.
Lo que ellos no sabían que era la fiesta del descarte, cada quien llevaría parejas a descartar, plan malévolo anque no propio, sacado de una serie televisiva.
Simona estaba casi eufórica, regida por mi ello, mi superyó no creía que era tan buena idea, mientras mi ello se divertía muchísimo.
La cena transcurrió con normal displicencia, el boludo de turno, como era de esperarse, quería besarme; además de que en público no hago ningún tipo de exhibiciones, yo solo me preocupaba con quién nos iríamos.
En la cocina tuve un encuentro interesante, estaba picando hielo cuando siento por atrás que unas manos extrañas se posan sobre mi desprevenida cintura, me aferran fuerte contra él y no me deja darme vuelta. Con un hielo juega con la entrepierna que mi vestido deja accesible. Hielo en el cuello, que seca con su lengua, nos besamos y en eso entra mi pareja descartable. Escándalo! Encerrados en su cuarto traté de explicarle el porque de esta fiesta, que no era nada personal, que se relajara. Mi amiga golpeó la puerta y entró sin esperar respuesta. Me ayudó a hacerle entender, por que su plan era quedarse con mi boludo de turno a quien no le pareció tan mala idea.
A fin de la noche se fueron haciendo distintas parejas, ellos se quedaron juntos y según confesó años después con uno más y yo me fui con el hombre del hielo.
Después de todo no fue una mala fiesta pero a ninguno de los dos los volví a ver.

Amistad entre el hombre y el alterego femenino

Hagamos un trato, es solo tener lo que tenemos agregándole buen y abundante sexo, le dijo Simona, mi alterego, a su mejor amigo mientras terminaban de vestirse.
Meterse con el mejor amigo nunca fue tarea fácil, el superyó trataba de impedirlo, mientras el ello ya se estaba imaginando toda una vida juntos. Mi yo se dejó llevar esperando que todo fluyera por que a lo mejor resultaba bien, pero ahi no más empezaron las intrigas, los favores, y una historia/histeria que pronto llegaría a su fin. No había forma de salir ilesos de este lío.
Encuentros a destiempo, escondidos. Una mentira imposible de sostener. Una situación imposible de manejar. Una historia imposibilitada a terminar bien.
Simona lo asesinó de mil modos distintos, mi superyó lo perdonó, mi ello cada tanto lo extraña de algún modo y yo? Mi yo ya lo olvidó.

Tiempo y distancia

Tiempo después me enteré que me fui dando portazos, maldiciendo a su puta madre y muerta de risa.
El tiempo y la distancia jugaron a las escondidas por un rato considerable y muchos años justificaban el podernos decir absolutamente cualquier cosa.
Ultima parada de la noche, últimos momentos de la gira y Simona, mi alterego, sale de su hotel. La risa le huele a sarcasmo, su mirada está perdida. No sabe exactamente que pasó minutos antes en la habitación. Tiene hasta pereza de recordarlo. Recuerda que mientras se vestía pidió un taxi. Cree que ya no acepta los códigos establecidos durante tanto tiempo, tiene claro que el mundo le pertenece. No quiso saber más.
Para que tener que romper con él, no era nada fácil y no había motivo para hacerlo. No había mucho tampoco por romper o terminarse, esa relación no se basa más que en tiempo y distancia.
Pero esa noche el alcohol no jugó de mi lado, y la acidez y sinceridad empezaron a brotar sin control. Mi ello no toleró tanta frialdad y creo que se le tiró encima mezcla de abrazo y torpe empujón, mientras mi superyó, solo intentaba aclarar algunas cosas y terminar con una relación que ya no aportaba nada y se había extendido demasiado. Si recuerdo que me abrazaste fuerte y me besaste el cuello una vez más.
Mi yo y mi ello se toman el taxi, satisfechas, por que de todas formas saben que volverás. Que siempre estarás para jugar un rato por que en el fondo nos queremos y permitiremos que el tiempo y la distancia vuelvan a hacer lo que quiera con nosotros.

Keep in touch

Cuantas veces más me voy a quedar mirando un teléfono que no suena,
un timbre que nadie toca,
puerta que no golpean.
Y te espero, como nunca, como siempre, con la frustración de sentir que pasa el tiempo y no te tengo. Por que la distancia es solo tiempo que no tenemos, que nos falta...
Siguen la lluvia y el frío, de verano esto no tiene nada!
El ya me dijo que no va a volver por ahora, yo ya le dije keep in touch.
La nada, más de lo mismo. Lo efímero y el vacío se corporizan una vez más.
Dejo que la soledad me invada, mi ello llora tu ausencia, mi alterego se ríe voraz, consumiendo la esperanza de ser amada de mi yo.
Mi superyó, estoicamente me abraza con una sonrisa, sabe que volverá.

Una sórdida noche cualquiera

Simona y mi ello son seres de la noche, mezcla de felino y acechador nocturno. Y justo cuando los tacones repican en la calle y mi cadera es un vaivén de desafiante feminidad lo busco. Busco sus mentiras y sus silencios.
Busco sus labios para que me desafíen una vez más a dejar de ser una dama, que elegantemente se escurre en la sórdida noche y desaparece sin dar explicaciones.
Calculo no acercarme demasiado. Lo miro agazapada entre la gente que me rodea,  ya notaste mi presencia. Cada tanto hay contacto visual y sonreímos perversos, sabemos como termina este juego.
Dejo que me mientas, vos también crees que yo te creo. El juego sigue, la noche se hace larga y de pronto nos sumergimos en ella, no hay mucho que decirnos, actuamos por impulso en este juego sin reglas cuando vos dejas de ser un caballero y yo dejo de ser una dama.

Donde quedaron los Dandis??

Donde quedaron los dandys? Si, esos tipos elegantes que te pueden endulzar los oídos por horas con palabras adornadas por refinadas mentiras. Hoy no me importa que me mientan, solo quiero escuchar cosas lindas mientras intentan seducirme y dejarme llevar. Todos siempre mentimos, pero es necesario creer por lo menos por un rato, hasta que el hechizo se rompa, hasta que el sol venga.

Todos sumados

Si sumamos los deseos primitivos de mi ello, con los de Simona, mas los que el mismísimo yo ha logrado conseguir, restandole, claro está, los que el pobre superyo consiguió salvar en una lucha sin cuartel con las otras tres, la lista de hombres que he tenido es fabulosa y eterna, y sin embargo mi yo va por más, o por menos.
Encuentros totalmente inverosímiles y ridículos, amores tan profundos, que las cuatro hubiesen dado la vida, solo  que el galán de turno ni siquiera se enteró o lo agradece. Mal ojo, mal comportamiento una mezcla de todo...
Lo cierto que entre las 4 le damos muy poca importancia al amor como tal, es hermoso cuando sucede, sisi, pero no sucede a menudo y eso también lo amamos. En verdad odio estar enamorada, el amor me vuelve tonta, sumisa, vulnerable, y es entonces cuando me enfoco en el amor por los amigos, el trabajo, por el shopping o por mi gata, da igual. También amo el sexo más de lo que pude amar a mis novios tal vez, y es entonces cuando caigo a la cuenta que siempre terminamos amando, al menos por 15 minutos.

La timidez

Aun que a veces ni yo me creo lo idiota que puedo ser, cuando un chico verdaderamente me gusta, me pongo tímida, aunque verborrágica, tipo tonta. Veamos una triste situación:
Ya nos habíamos topado en un par de eventos, trabajábamos en el mismo edificio y coincidíamos a la hora de la comida, así que un día empezamos a saludarnos. Supe que era italiano, por que en una fiesta estaba hablando con un amigo mío quien me contó un poco su historia cuando le pregunté por el guapísimo desconocido. Me gustaba lo suficiente como para que Simona, mi alter ego, haya pensado mil veces en meterlo en su oficina, sin decir una palabra, vaciaría el escritorio de un manotazo mientras con la otra desabrocharía frenéticamente su pantalón. Pero antes de que eso pudiese llegar a pasar en verdad, mi yo se lo cruza en el ascensor, y después de intercambiar un susurrante "ciao" sin mirarse:
Mi yo un poco idiota
- Che, y... así que sos de Italia??
Pibe que me gusta
- Si, y tu eres de argentina, verdá?
Idiota total
(casi sin siquiera tomar aire)
- Si, de mi buenos aires querido, hay mucha descendencia italiana por allá, sabes? Somos bastante parecidos a ustedes, no se, en la comida... en la forma de manifestarnos...
Vos que parte de Italia me dijiste que eras...?
Pibe que me gusta
- De Bologna
Más idiota aun
- Ahhh de donde es la salsa Boloñesa??
Plop! Desastre total. Por suerte el viaje de ascensor llegó a su fin y no me lo crucé por varios días aun que nunca volví a intentar entablar una conversación.
También la timidez me pone más torpe y al perderme en una sonrisa, unos ojos o un lindo culito, me puedo comer una vereda, tirarme un trago encima, pisarlo, y miles de etcéteras. Por suerte a veces sale Simona a mi rescate, tira un chiste rápido, una propuesta indecorosa, algo inapropiado y sale del paso airiosa. Este definitivamente no fue el caso.

Mi Yo y los amigos

Todas amamos a mis amigos, hasta Simona! ¨Si alguna/o de mis amigas/os, me conociera tan poco y me diera a elegir entre él/ella y una date, por lo general saben que pierden; pero ya me conocen y perdonan¨ Dijo Simona mientras se escapaba del casamiento de una de ellas.
Pero los amigos son todo. Hermanos elegidos, bendiciones que hacen que no estés solo en el camino y blablabla. Tengo más amigos que amigas, es casi obvio. Prefiero la linealidad y simpleza de los hombres que el enroscado hormonal pensamiento femenil. Bastante tengo con mi ello, mi yo, mi superyó y con Simona. Pero con ellos me cuesta más salir de compras, se aburren y en el peor de los casos se calientan.
Con varios de mis amigos he tenido historias, más o menos platónicas, más o menos porno.
Pero el sexo es sexo y los amigos siguen siendo amigos...

Los perros: enemigos del psicoanálisis.

A la única que le pueden gustar los perros es a mi superyó. Mi ello ha pensado en torturar a varios cachorros y perros insoportables que ha conocido a lo largo de su vida pero nunca ha matado más que a un escarabajo (en realidad eran dos y estaban haciendo el amor, ponele!) El yo es racionalmente distante y Simona puede que alguna vez haya acariciado a alguno por que su dueño era guapo.
Lo cierto es que esa excitación que poseen los perros y mucho más los cachorros me desespera. Como también me desespera la gente que parece inmensamente buena, que siempre está feliz, quieren agradar a todo el mundo y parecen cachorros, pero ese es otro tema.
Los perros no eligen a quien enseñarle sus trucos, a quien invitar a jugar con su pelota una y otra vez, a quien moverle la cola. Quieren caer en gracia todo el tiempo, son como reinas de la primavera haciendo su famoso movimiento: Largo, largo, corto corto mientras sonríen y mueven la cabeza flotante como bicho de dos pesos que adornan algunos taxis que casualmente la mayoría son perros.
Es como esos amigos de tus amigos que se creen tus amigos.

Mi superyó aburre a mi Alterego

A callar! Le dice mi alter ego Simona, a mi pobre superyó que intenta una vez más explicarle al ello que no está bien acostarse en la primera cita con un fulano, o peor en un encuentro casual, y sumamente peor, llevarlos a la cama sin siquiera saber su nombre y apellido. Por lo menos al nuestro yo le pregunte el nombre, le dice el superyó a Simona que se ríe casi con destellos de cinismo y desesperación. "La fiesta es pésima, o me emborracho y mañana no me aguantás por la cruda o podemos pasar un domingo tranquilo después de un buen polvo" Dicho esto, Simona lo miró por sobre el hombro, caminó derecho hasta su boca y sin decir una sola palabra se lo llevó a un cuarto oscuro que había por ahí, y como permanecieron siempre de pié y no lo llevó a ninguna cama no vio la necesidad de preguntarle siquiera el nombre.

Les presento a Simona

Simona es una atrevida. Ya le he dicho varias veces que piense más lo que dice y hace, mi superyó si no fuera judía se persignaría, mientras mi ello se ríe a carcajadas y mi yo se resigna con una sonrisa. Mi alter ego tiene vida propia, le miente a los taxistas, aparece en la noche para dejar boquiabierto a cualquier tipo que sin ningún tipo de onda, intenta encararme, miente básicamente a quienes no la conocen, y si la conocen a veces también. Juega con los límites. Simona es como una super heroína sexual, ácida, desfachatada, arrogante. Habla de sexo con quién se deje y lo hace con quien se le antoja, a veces la acuso de ninfómana y otras, razonando juntas, llegamos a la conclusión de los orgasmos son de los mejores momentos que te regala la vida, entonces, para que privárselos!!

Psicoanalíticamente hablando el que, por que, cuando, donde y demás etcéteras!

Empecemos dando explicaciones.

Con un padre psicoanalista y una típica familia disfuncional argentina he ido al analista. Por supuesto! He pasado por varios en varios momentos de mi vida y he leído bastante por encima, hay que reconocerlo, algunas páginas de las obras completas de Freud, para poder encontrar la frase que me hizo fuerte contra mi padre en la adolescencia: Toda interpretación fuera de contexto es tomada como una agresión, así que me dispuse a repetírsela una y otra vez, cada vez que el pobre tipo trataba de hacerme entender comportamientos "erráticos" de una adolescente "difícil". (NDA: Ni que tanto. Una adolescente!)

Lo cierto es que siempre amé escribir; crónicas, poesía, historias rotas. Relatos tan fantásticos que más de una vez me creí, fueron pensados y a veces contados como hazañas de alguien o propias por mi ello, mi yo, mi superyo o mi altergo. Tampoco crean que soy psicótica, bipolar o esquizofrénica (aunque Simona, mi alterego, creo que si lo es) Nonono, pero siempre fué divertido jugar a serlo.

Volviendo al psicoanálisis, Freud, también decía que el ello, el yo y el superyó eran las divisiones de cualquier psiquis humana normal. De ahi el nombre del blog, un tanto psicoanalítico y otro poco ácido, tierno e inverosímil.
Ya las irán conociendo a esas que mezcladas hacen quien soy, que a veces divierten, enternecen o incomodan. Algunas veces lastiman con tanta franqueza y sinceridad, pero sobretodo siempre aman con intensidad, se enamoran por 15 minutos o eternamente, juegan con el que dirán, son políticamente incorrectas, y otras veces vuelven a ser nena chiquita sentadita en la cama sola por que se despertó en medio de la noche por una pesadilla.

Paso a explicar de una forma simplista, tal vez, de que consta la psiquis y este blog:

El ello: es lo innato y el impulso, es la función más antigua y original de la personalidad y la base del superyó y el yo, aun que es el diablito que se sienta en el hombro y te dice al oido lo que no querés escuchar por que te tienta. Representa nuestros impulsos, necesidades y deseos básicos, según Freud, el motor del pensamiento y el comportamiento humano. Opera de acuerdo con el principio del placer y desconoce las demandas de la realidad. Allí existen las contradicciones, lo ilógico, y lo perverso.

El superyó es la parte que controla y calma un poco al ello, el angelito que discute con el diablo hasta que el yo resuelve. Representa los pensamientos morales y éticos. Consta de dos subsistemas: la conciencia y el ideal del yo. La conciencia autocrítica y reflexiva, la crítica y el reproche. El ideal del yo es una autoimagen ideal compuesta de conductas aprobadas y recompensadas, un concepto de quien pensamos deberíamos ser.

Y finalmente El Yo, que trata de un modo realista de manifestarse ante los deseos y demandas del ello de acuerdo con el mundo exterior y lo que se debe hacer. Aplaca las perversiones e impulsos del ello pero evoluciona a partir del él y sigue al principio de realidad, satisfaciendo los impulsos, sin hacer enojar al superyó en el mundo real. Como ejecutor de la personalidad, tiene que medir entre las tres fuerzas que le exigen: las del mundo de la realidad, las del ello y las del superyó, el yo tiene que conservar su propia autonomía por el mantenimiento de su organización integrada.

Los roles que cumplimos a través del ello, el yo y el superyó no siempre son muy claros, manifestándose en cada personalidad permanentemente, según esta teoría freudiana, alimentándose de muchas fuerzas diversas en conflicto inevitable. Entonces es ahí donde aparece el álter ego, además de ser para la psicología una segunda personalidad de alguien, en ficción el ejemplo más clásico de personificación del álter ego es el doctor Jekyll que descubre una fórmula que le permite liberar su maligno otro yo, Mister Hyde.

Pero claro, Freud era un excelso perverso, fumaba opio y algunas otras cosas más hacían volar su mente, yo no tengo trastornos de personalidad y solo les propongo jugar un rato.
Volemos, dejemos escuchar lo que nuestro inconsciente tiene para contarnos y escuchemos, si nos animamos, a las voces internas solo si podemos afilar un poco el oído!

Pasen y lean por favor!
Sean todos bienvenidos