Datos personales

Historias de sexoficción y otros tantos avatares de la vida psicótica y moderna. Empezá por las instrucciones si querés entender de que se trata ¡Sean todos bienvenidos!

Ni el sexo, el tiempo o la distancia...

Se que estamos en la misma ciudad después de más de dos años de no saber nada del otro y que a vos, no te importa ese dato.
En algún momento mi superyó afirmaba que siempre ibas a estar cerca mío; que ni el sexo, ni el tiempo ni la distancia podrían cambiarlo todo.
Aposté; perdí.
No me quedó más que un malestar en la memoria que insiste en recordarte.
Pero sin embargo mi ello no te perdona y espera que vos también sientas que perdiste, porque perdimos, quedándonos si algo bueno que solíamos tener.
Voy a mentirte si te juro que nunca te deseé lo peor, o por lo menos que no hayas podido dormir pensando en que también lamentás no saber de mi al menos.
No puedo culparte por que éramos dos los que construíamos una relación amorfa, aunque de todos modos pudiste haberme cuidado más.
Pero no ibas a volver a aparecer para que mis ojos te susurren que lloré, que mis labios no te digan algún reproche al pasar, porque cada tanto te sueño y no me gusta tu ausencia, tus ganas de nada, tu ser un homosapiens asumido.
Simona, mi alterego pensó mil formas de arruinarte la vida; mi superyo lamenta lo que pudo haber sido, mientras que a mi yo se le escapa una sonrisa desde el alma cada vez que te sueña.