Datos personales

Historias de sexoficción y otros tantos avatares de la vida psicótica y moderna. Empezá por las instrucciones si querés entender de que se trata ¡Sean todos bienvenidos!

Tóxico

Sos tóxico. Tenemos sangre pesada. Mejor así, que nadie sepa como me llamabas.

Por supuesto mi alterego disfrutaba con esos encuentros a deshoras, donde las madrugadas solitarias alimentaban el deseo. Simona provocaba tóxicas noches inadecuadas, mientras que mi superyó y mi yo se sentían hasta en ocasiones miserables.

El hastío de mi ello ratifica una inminente pero postergada despedida. Aun sabiendo que no vas a entenderlo. Aun sabiendo que no lo deseo. Aun cuando mi superyo trata de explicarle a las demás el drama no se hace esperar. No hay como seguir este cuento mal contado. No hay nada que sostener después de esta sacudida total. Simona se fue taconeando, a los gritos, cuando terminaba de vestirse en silencio gritaba su impotencia, tratando de esconder tanta historia no compartida.

Mejor así, a veces pensaré que nos faltó más tiempo, otras que nos faltó ganas; otras que tal vez merecíamos una oportunidad, pero la realidad es que hubiese sido increíble nunca pasar por esta amorfa relación que debastó una amistad que se suponía más sólida y los escombros se nos vinieron encima.

Basta! Le gritó mi ello cuando salía apurada. Basta! me grito tratando de entenderlo de una vez por todas que esta inoportuna y fortuita secuencia de encuentros y desencuentros, no suma ni deja algo positivo en mi rebuscada conclusión.